Un Bufón
Cuando hablo o hago referencia a un bufón, un comodín o un joker en inglés, la mayoría de las personas en mi sociedad tienden pensar inmediatamente en el famoso villano en las películas de Batman, o tal vez en ocaciones recuerdan el naipe que lleva este nombre. El bufón es también un personaje comúnmente asociado con un payaso, un cuenta chistes, o un animador.
Sin embargo, este personaje también cuenta con un legado mucho más antiguo. El bufón o payaso es un personaje que ha tenido un lugar importante en muchas sociedades a través de la historia. Es una figura que ha tenido tradicionalmente una influencia significativa en el ambiente social, político e inclusive espiritual, y a menudo ha jugado un rol importante dentro de la misma élite gobernante. Desde la Europa Medieval y Renacentista, hasta China, el Medio Oriente, y el Continente Americano podemos encontrar numerosos ejemplos de sociedades en donde se le atribuía un rol importante a aquellas personas que ocupaban un rol características similares.
Inclusive se podría argumentar que el personaje del bufón se encuentra presente hoy en día en sociedades alrededor del mundo bajo el personaje del comediante, el payaso, o el cuenta cuentos. Sin embargo, claramente esta interpretación actual se encuentra desprovista de las connotaciones espirituales y mágicas con las que contaban sus predecesores.
Existe en todo caso, una interpretación alternativa de este personaje con la cuál me he sentido identificado por muchos años. En los años 60 hubo un prominente escritor y dramaturgo brasileño que se convirtió en un pionero en el desarrollo de un nuevo tipo de teatro que buscaba el visualizar los problemas y conflictos que afectan a las comunidades, así como el crear un espacio en donde fuese posible desarrollar posibles formas de trabajar estos diversos temas relevantes a la comunidad. Su nombre es Augusto Boal, y él llamó a este estilo de teatro el Teatro de los Oprimidos.
Uno de los aspectos que marcó de forma distintiva este estilo de teatro fue la re-conceptualización que Boal le dio a conceptos claves y roles tradicionales del teatro. Una de sus re-conceptualizaciones más interesantes fue precisamente aquella ligada a la figura del director o facilitador. Boal decidió eliminar este concepto y en su lugar introdujo la idea del bufón o joker.
Para Boal el rol del bufón es el de una persona ajena a la comunidad o el problema, pero que a su vez inyecta una energía diferente a la situación en la forma de ideas y conceptos nuevos. El papel del bufón es el de alterar el status quo y el de generar un proceso de transformación dentro del grupo. El bufón debe hacer uso de su habilidad para poder alterar el sistema y generar un cambio teniendo a su vez mucho cuidado de no dirigir o controlar la dirección del proceso creativo.
Cuando yo analizo de forma cotidiana la sociedad en la que vivo a menudo noto aspectos que no calzan con mis propios valores e ideales. Veo problemas que me preocupan y que me motivan a hacer mi parte para disminuir sus efectos. Los retos en la movilidad y el transporte urbano son sin lugar a dudas uno claro ejemplo.
Yo considero que nuestra extrema dependencia en los vehículos motorizados domina casi por completo nuestra concepción de lo que es la movilidad y el diseño de los espacios y la infraestructura urbana. Yo encuentro que esta dependencia desenfrenada en una sola forma de transporte ha conducido a la rápida eliminación de métodos alternativos de transporte dentro del ámbito urbano tendiendo como consecuencia una larga lista de efectos negativos en nuestra sociedad.
Las fallas inherentes dentro del model de movilidad meramente enfocado en el vehículo motorizado se han vuelto cada vez más evidentes e inevitables. Las personas están cada vez más conscientes con respecto a como esta forma de transportarse ya no logra otorgarles el mismo nivel de movilidad y flexibilidad como en el pasado. Es cada vez más difícil el conocer a alguien cuya vida cotidiana no se vea afectada por la casi constante congestión vehicular y la cada vez mayor cantidad de tiempo que de debe dedicar para transportarse de un punto a otro.
Sin embargo, a pesar de lo preocupado que me encuentro por esta problemática tengo my claro que yo no estoy interesado en confrontar esta situación de una forma agresiva o directa. Yo no me considero como una persona muy idealista o soñadora. Yo no espero que un segmento considerable de mi sociedad llegue eventualmente a compartir mi ideas y opiniones personales con respecto a la movilidad urbana. Yo vivo en una sociedad que todavía cuenta con ciertos moldes sociales muy bien establecidos y fuertemente arraigados. El amor y la fascinación de los costarricenses por los vehículos motorizados se encuentra todavía muy presente.
Es como consecuencia de esta realidad que surge mi fuerte atracción por la re-conceptualización del bufón introducida por Boal. Yo quiero influenciar la sociedad en la que vivo de diversas maneras, pero no tengo una lista específica de metas u objetivos finales; tampoco deseo controlar o dirigir el proceso. Yo quiero provocar a las personas; quiero causar incomodidad, risa, confusión, e introspección. Yo quiero que los miembros de mi sociedad tomen una pausa y se empiecen a cuestionar, que empiecen a considerar alternativas, y que se permitan soñar con algo diferente.
Yo no deseo imponer un modelo específico o un nuevo paradigma a aquellos que no lo están buscando. Lo que yo deseo es enfatizar una verdad incómoda; que los retos y problemas de la movilidad urbana nunca van a ser resueltos mediante un enfoque primordial en el uso cada vez mayor de vehículos motorizados.
Yo no creo ni estoy interesado en el medir el efecto que yo pueda tener en mi sociedad. Yo no estoy aguantando la respiración mientras espero a que se materialice un cambio drástico en la concepción de la movilidad urbana en Costa Rica. Yo ni siquiera sueño o pienso en el día en donde todas las formas de movilidad van a ser tratadas con el mismo nivel de respeto e importancia. Yo disfruto lo que existe actualmente I trabajo para agregar continuamente un poco de picante y una actitud rebelde al sistema actual. Quién sabe, puede que esto genere algunos resultados interesantes.